Hace unas semanas atrás estábamos en casa, encuarentenados, era tarde noche y nos llama un amigo, Francisco, más conocido como Pancho Saavedra, él nos cuenta sobre la campaña que tenían en acción con el Campamento Dignidad, un campamento que está en Santiago y alberga a más de 1500 personas. No podíamos quedar ausentes, si podemos aportar en algo, lo haremos. Decidimos ser parte y pudimos donar 200 polar.
El Campamento Dignidad está emplazado en la rivera de la Quebrada de Macul, donde en el año 1993 fue el aluvión que arrasó con casas y familias enteras.
Hoy viven más de 500 familias, 493 niños y más de 1.500 adultos, que están organizados en 4 etapas, cada una de ellas cuenta con una dirigenta y un ayudante. Este sitio fue tomado por los vecinos en enero de este año y a la fecha siguen llegando a buscar un sitio donde vivir, puesto que la crisis económica y de salud ha agudizado por la imposibilidad de salir trabajar.
Por la misma razón, desde abril se están realizando a diario ollas comunes en las 4 etapas que son sustentadas con donación de personas naturales, asambleas, ong, en especial de la ONG El Hambre No Espera, la cual comenzó un proyecto en mayo, que consiste en construir cocineria, que son autogestionadas, vale decir, que como organización se les entregó fogones, balones de gas, ollas, insumos y otros materiales..
¿Qué es lo que pasa hoy?
Hoy en día hay grupos de voluntarios que se organizan para ir aportar en distintos aspectos y formas, ya sea a través de donaciones en dinero, materiales de construcción, comidas, camas, ropa, mano de obra y otros insumos de primera necesidad, el cual es posible por medio de donaciones, campañas en RRSS y rifas.
El trabajo en terreno permite hoy en día, detectar las necesidades y priorizar el trabajo en dos líneas fundamentales.
Comida
Abastecer a las familias y las cocinerias de alimentos y aumentar las raciones de estas, es decir, entregar desayunos, once o comida, además del almuerzo.
Materiales
Entregar materiales de construcción que les permitan a las familias reparar techos, pisos y murallas o bien apoyar a familias que aún viven en carpa.